martes, 13 de septiembre de 2011

La Catedral de Hermosillo










La catedral de Hermosillo está ubicada en la plaza principal de la ciudad, “la plaza Zaragoza” frente al palacio de gobernación del estado. Es el principal templo de la religión Católica en Hermosillo y uno de los edificios más representativos de la ciudad.


La catedral está dedicada a Nuestra Señora de la Asunción y mide 30 metros de altura. En sus primeros tiempos, la catedral solo era una capilla de adobe, en los años de 1796 y no fue hasta 1963 que concluyo la reconstrucción por etapas para quedar como hoy se aprecia. Aclarando que durante el tiempo de construcción nunca se dejó de oficiar el culto.
Las personas que frecuentan la catedral son católicos que asisten a realizar actividades referentes a su religión, pero también es posible observar que no solo fieles a esta religión son los que asisten a ella, ya que algunas personas la visitan como punto turístico de la ciudad. Por lo general los domingos siendo estos días de misa, se puede ver un lleno dentro de la iglesia al ser el catolicismo la religión de más presencia en la capital sonorense. Dentro del edificio se observan imágenes de santos y el altar principal, así como también la imagen de la virgen de Guadalupe.


El motivo de asistencia a la catedral por parte de los fieles es a la celebración de la misa todos los días y más aún los días domingos. Por otro lado también se imparte catecismo a los niños y algunas otras actividades de la misma religión. Otro motivo de visita es que el edificio cuenta con un área de nichos donde familiares y amigos acuden para velar y visitar a sus difuntos. Fuera de motivos religiosos se visita la catedral por personas no pertenecientes al culto con motivos turísticos.


Por las tardes, sobre todo en fines de semana, es común observar familias enteras que al salir de Misa, aprovechan para caminar en la explanada y en todos los alrededores del Kiosko ubicado en la Plaza Zaragoza. También es muy común observar parejas de novios sentadas platicando en los alrededores de Catedral y en las Bancas de la Plaza, y a jóvenes practicando patineta en la gran explanada del Palacio de Gobierno, que se encuentra ahí mismo, así como a niños de todas las edades jugando y correteando.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Etnias de Sonora





Cuando los primeros misioneros penetraron al actual estado de Sonora, en 1614, encontraron las siguientes tribus que lo poblaban: Los cahítas "yaquis y mayos", que tenían su hábitat en las márgenes de los ríos Yaqui y Mayo. Los nebomes, en las riberas de los ríos Mátape, Tecoripa, Río Chico y parte media del río Yaqui. Los ópatas en el centro del estado, colindaban al norte con los pimas altos y apaches; al este con la Tarahumara, al oeste con los pimas y seris y al sur con los nebomes y yaquis. Los pimas altos y apaches; al este con la tarahumaras, al oeste con los pimas y seris y al sur con los nebomes y yaquis. Los pimas altos y pápagos limitaban al sur con los seris y pimas bajos, al este con los ópatas y apaches y al norte con los gilas. Entre los pimas bajos se nombran los pimas cocomachoques, que tenían su hábitat en el Pitiquín, actual ciudad de Hermosillo, hasta el gavilán. Estos indígenas pertenecían a la tribu yaqui. Los seris habitaban la isla del Tiburón y la franja costera del estado comprendida entre Cabo Tepoca y Tastiota. Según los lugares que ocupaban se subdividían en seris bocoachis, tepocas, tiburones, salineros y carrizos.

A excepción de los seris o kunkaak, las tribus de Sonora, a juzgar por sus dialectos procedían de un mismo tronco común pues no hay mucha diferencia entre ellos. No obstante, dichas tribus tenían sus territorios bien definidos, y por lo tanto, su independencia política, siendo los ópatas los que por su temperamento sedentario gozaban de una cultura social más avanzada. Los dialectos que se hablaban en Sonora no pasaban de ser unos seis, de los cuales han subsistido hasta nuestros días el cahita y el seri.


Los indígenas sonorenses han sido catalogados como los m&s altos y fuertes de México. Sus pueblos, aldeas y rancherías las fundaban sobre las márgenes de los ríos, aprovechando los valles que tenían agua, para sus labores agrícolas. Sus habitaciones las construían según el clima del que gozaban; en la sierra, de terrado para protegerse del frío; en los valles, de carrizo, pitahaya y petates, para ampararse del calor que hacía en sus tierras. Algunas aldeas tenían calles concertadas y acequias de regadío para sus labores; vestían y poseían mantas de algodón y pita. Sus cosechas consistían en cultivar maíz, fríjol y calabazas.


Cada pueblo tenía su cacique a quien obedecían, sobretodo en asuntos de guerra; los hechiceros eran respetados y temidos; no tenían altares ni ídolos, ni culto de ninguna clase. Al sol y a la luna veneran como hermanos. Existía entre ellos la creencia, de que procedían de Moctezuma a quien llamaban "nuestro primer principio". Los seris, por otra parte, han sido considerados como una tribu de indígenas esencialmente pescadora y cazadora. Sus habitaciones eran muy primitivas, pues siendo una tribu andariega construían sus casas como de paso.